ASOCIACIÓN DE LAS LÁMPARAS DE LOS DOLORES INTERNOS


 

ASOCIACIÓN DE LAS LÁMPARAS DE LOS DOLORES INTERNOS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 

Tomado de los escritos de San Ezequiel Moreno y la Beata Encarnación Rosal.

 

PROEMIO

A la primera obra da la Madre el título de «Ejercicio piadoso para honrar los Dolores Internos del Sagrado Corazón de Jesús». Es, más bien, este pequeño escrito, el reglamento de la Asociación concebida por la Madre, dividida en coros, compuesto cada uno de éstos de diez almas llamadas «Lámparas», a cada una de las cuales se le señala un corto acto de piedad, para cada día, además de la confesión y comunión el 25 de cada mes.

 

Exhortamos a entrar a esa Asociación, en la seguridad de que, los que entren, complacerán a Jesucristo inspirador de la tierna y encantadora Devoción a los Dolores Internos de su Divino Corazón, que tantos piadosos sentimientos puede excitar en las almas, y tantas virtudes inspirar.

Fr. Ezequiel Moreno Diaz

Obispo de Pasto

 

OBJETO DE LA ASOCIACIÓN

Esta Asociación tiene por objeto honrar los Dolores del Sagrado Corazón de Jesús, con especialidad, diez, por el quebrantamiento que se hace a los Diez Mandamientos de la Ley de Dios.

 

FIN DE LA ASOCIACIÓN

El fin de esta Asociación es el desagravio y la reparación de los Dolores del Sagrado Corazón, con especial énfasis en los diez mandamientos quebrantados, procurando consolarlo en todo momento, con nuestras acciones y actos cotidianos, y aquellos que se proponen para este fin en esta asociación.

 

¿CÓMO DEBE PRACTICARSE ESTA DEVOCIÓN?

Toda devoción debe practicarse atenta y devotamente, y con un espíritu que se halle lleno de los sentimientos propios de la particular devoción que se practique. ¿Cuáles deben ser los sentimientos de esta devoción? Deben ser los indicados en el fin de la misma devoción; arder en el fuego del amor al Corazón Dolorido de Jesús, para desagraviarle de tantas injurias que recibe de parte de los pecadores.

 

Para que esos sentimientos dominen nuestra alma en la práctica de esta devoción, debemos tener presente y ponderar lo que ya dejamos dicho en esta obrita, sobre el gran amor de Jesucristo a los hombres manifestado por los dolores sufridos por su bien, y la monstruosa ingratitud con que los hombres corresponden a tanto amor, la cual llega hasta el extremo de ofenderle e injuriarle con graves pecados que hieren y penetran su Corazón amante.

 

MODO DE PRACTICAR ESTA DEVOCIÓN

Las almas amantes de Jesús que compadecen los Dolores de su Divino Corazón y desean mitigarlos, es evidente, que no se contentarán con acordarse de esos Dolores y compadecerlos sólo raras veces, sino que procurarán hacerlo con frecuencia, y siempre que puedan. Para tal efecto, los asociados deberán hacer lo siguiente:

 

1º. Formarán coros compuestos por de diez personas, las cuales, unidas a los coros celestiales, procurarán con la práctica de las virtudes, ejercicios de piedad y afectos fervorosos.

 

2º. Puntual observancia en el rezo de la Lámpara que le corresponde. Para tal efecto, el celador o celadora, deberá, el 25 de cada mes, distribuir entre los asociados la lámpara que le corresponde, y para eso, colocará las lámparas escritas en papel en un saquito, y cada uno, en suerte, las tomará.

 

3º. Rezar diariamente la Lámpara que corresponde a cada día de mes.

 

4º. Participar en la Eucaristía y comulgar cada veinticinco de mes.

 

5º. El veinticinco de agosto, que es la fiesta principal, participar en la Eucaristía y comulgar; y, a ser posible, participar en el culto que se celebra en cada Comunidad Bethlemita, propagadora de esta devoción reparadora.

 

Nos uniremos ¡oh, dulce Jesús! Con otras almas que os amen; nos juntaremos con los que se hacen un deber el reparar tantas injurias; nos humillaremos mil veces a vuestros pies reconociéndoos por Dueño y Señor de todas las cosas; amaremos vuestra Bondad Infinita; lloraremos las ofensas que os hacen; os consolaremos en vuestros Dolores; os llenaremos de afecto, de cariño, y de amor.

DE LOS CELADORES

Sera escogido de entre los 10 asociados que se reúnan en un coro, y este procurará la practica de los 25 de cada mes, que reunirá a los 10 asociados, bien sea en la Iglesia, en su casa, o en un sitio destinado para tal efecto, y animará a los asociados a cumplir con esta piadosa encomienda. El celador deberá estar en comunión con el párroco, quien será director de esta asociación. A su vez, deberá atraer más almas que se unan a desagraviar a este Corazón.

 

SOBRE LA ERECCIÓN DE ESTA ASOCIACIÓN

Habiendo almas que, en ardiente deseo de amor se mueven a reparar esas ofensas, pueden solicitar a los sacerdotes la erección de esta asociación, procurando en sus inicios contar con 10 almas, que, como las vírgenes prudentes, puedan mantenerse en continua oblación y desagravio a Nuestro Señor.

 

 

EJERCICIO DE LAS DIEZ LÁMPARAS

 

ACTO DE DESAGRAVIO

¡Oh, dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago, de los ingratos, más que olvido, negligencia y menosprecio! Vednos postrados ante vuestro altar, para reparar, con especiales homenajes de honor, la frialdad indigna de los hombres y las injurias con que, en todas partes, hieren vuestro amantísimo Corazón. Mas recordando que también nosotros alguna vez nos manchamos con tal indignidad de la cual nos dolemos ahora vivamente, deseamos, ante todo, obtener para nuestras almas vuestra divina misericordia, dispuestos a reparar, con voluntaria expiación, no sólo nuestros propios pecados, sino también los de aquellos que, alejados del camino de la salvación y obstinados en su infidelidad, o no quieren seguiros como a Pastor y Guía, o, conculcando las promesas del Bautismo, han sacudido el suavísimo yugo de vuestra ley. Nosotros queremos expiar tan abominables pecados, especialmente la inmodestia y la deshonestidad de la vida y de los vestidos, las innumerables asechanzas tendidas contra las almas inocentes, la profanación de los días festivos, las execrables injurias proferidas contra vos y contra vuestros Santos, los insultos dirigidos a vuestro Vicario y al Orden Sacerdotal, las negligencias y horribles sacrilegios con que es profanado el mismo Sacramento del amor y, en fin, los públicos pecados de las naciones que oponen resistencia a los derechos y al magisterio de la Iglesia por vos fundada.

 

¡Ojalá que nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestra propia sangre! Mas, entretanto, como reparación del honor divino conculcado, uniéndola con la expiación de la Virgen vuestra Madre, de los Santos y de las almas buenas, os ofrecemos la satisfacción que vos mismo ofrecisteis un día sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de vuestra gracia, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia vuestro amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos además por impedir que seáis injuriado y por atraer a cuantos podamos para que vayan en vuestro seguimiento. ¡Oh benignísimo Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que recibáis este voluntario acto de reparación; concedednos que seamos fieles a vuestros mandatos y a vuestro servicio hasta la muerte y otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vivís y reináis, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén

 

 

PRIMERA LÁMPARA

Meditar en la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní. Ofrecer sus sufrimientos por la conversión de los pecadores que por sus culpas no responden al amor del Eterno Padre.

 

ORACIÓN

Corazón dolorido de Jesús, que por tu agonía en Getsemaní y por el dolor que sentiste al ver al Padre Eterno gravemente ofendido, te suplico le ofrezcas mi oración unida a tus sufrimientos para que se conviertan todos los pecadores. Amén.

Padrenuestro

 

ORACION FINAL

Oh Corazón Clementísimo de Jesús, divino propiciatorio, por el cual prometió el Eterno Padre que oiría siempre nuestras oraciones: yo me uno con vos para ofrecer a vuestro Eterno Padre este mi pobre y mezquino corazón, contrito y humillado en su divino acatamiento, y deseoso de reparar cumplidamente sus ofensas, en especial las que vos recibís de continuo en la Eucaristía, y señaladamente las que yo, por mi desgracia, también he cometido. Quisiera, divino Corazón, lavar con lágrimas y borrar con sangre de mis venas las ingratitudes con que todos hemos pagado vuestro tierno amor. Junto mi dolor, aunque tan leve, con aquella angustia mortal que os hizo en el huerto sudar sangre a la sola memoria de nuestros pecados. Ofrecédselo, Señor, a vuestro Eterno Padre, unido con vuestro amabilísimo Corazón. Dadle infinitas gracias por los grandes beneficios que nos hace continuamente, y supla vuestro amor nuestra ingratitud y olvido. Concededme la gracia de presentarme siempre con gran veneración ante el acatamiento de vuestra divina Majestad, para resarcir de algún modo las irreverencias y ultrajes que en vuestra presencia me atreví a cometer, y que de hoy en adelante me ocupe con todo mi conato en atraer con palabras y ejemplos muchas almas que os conozcan y gocen las delicias de vuestro Corazón. Desde este momento me ofrezco y dedico del todo a dilatar la gloria de este sacratísimo y dulcísimo Corazón. Le elijo por el blanco de todos mis afectos y deseos, y desde ahora para siempre constituyo en él mi perpetua morada, reconociéndole, adorándole y amándole con todas mis ansias, como que es el Corazón de mi amabilísimo Jesús, de mi Rey y soberano dueño, Esposo de mi alma, Pastor y Maestro, verdadero Amigo, amoroso Padre, Guía segura, firmísimo Amparo y Bienaventuranza. Amén.

 

 

SEGUNDA LÁMPARA

Meditar lo que sintió Jesús cuando le dio el beso de paz al traidor Judas y en la tiranía de los judíos al prenderlo, ofreciendo al Padre su dolor ante la deslealtad y humillación para que los idólatras conozcan al verdadero Dios y abracen nuestra Santa Religión.

 

ORACIÓN

Humildísimo Corazón de Jesús por el dolor que sentiste cuando te dio el beso de paz el traidor Judas, te suplico recibas mis sacrificios y pobres oraciones para que los idólatras conozcan el don de la fe y se integren a la Santa Iglesia. Amén.

Padrenuestro

 

TERCERA LÁMPARA

Meditar en la bofetada que recibió el Señor en casa de Anás, ofreciendo la mansedumbre con que Jesús soportó esta injuria, por la extinción de las herejías.

 

ORACIÓN

Amantísimo Corazón de Jesús, por aquella mansedumbre con que te dejaste prender y por todo lo que sufriste cuando te dieron en tu rostro aquella humillante bofetada, te pido que se extingan las herejías y abran los ojos a la luz de la verdadera fe todos los herejes. Amén.

Padrenuestro

 

CUARTA LÁMPARA

Meditar en los golpes y ultrajes que recibió Jesús en los tribunales y ofrecer al Padre su dolor y humillación por la conversión de los cismáticos.

 

ORACIÓN

Amabilísimo Corazón de Jesús, te suplico que aquellos golpes y ultrajes que sufriste en los tribunales, los ofrezcas a tu eterno Padre para que no sea lesionado el cuerpo de la Santa Iglesia, se conviertan los cismáticos y no hieran más tu dolorido Corazón. Amén.

Padrenuestro

 

QUINTA LÁMPARA

Meditar en el dolor que sintió el Corazón de Jesús en la negación de San Pedro y lo que sufrió toda la noche en los tribunales ofreciendo al Padre este dolor para que vuelvan a la fe los que la hayan abandonado.

 

ORACIÓN

Piadosísimo Corazón de Jesús, por el dolor que sentiste por la negación de San Pedro, apiádate, Señor, de los apóstatas; olvida su grave culpa; acuérdate de lo que sufriste en la noche de tu pasión y ofrécelo al Padre eterno para que dejen sus herrados caminos y vuelvan a la fe que los hayan abandonado. Amén.

Padrenuestro

 

SEXTA LÁMPARA

Considerar lo que el Corazón de Jesús sintió al oír que los judíos pedían que muriera crucificado, ofreciendo este sufrimiento para que aviven la fe los cristianos tibios.

 

ORACIÓN

Pacientísimo Corazón de Jesús, por el dolor que sentiste al oír que los judíos, tu pueblo amado, pedían que murieras crucificado, te suplico humildemente nos perdones el olvido que hemos tenido de tus gracias y sacramentos. Piedad, Señor, piedad y misericordia y enciende en tu amor nuestros fríos corazones. Amén.

Padrenuestro

 

SÉPTIMA LÁMPARA

Meditar lo que sintió el Corazón de Jesús al oír que le daban la sentencia de muerte, ofreciendo este dolor al Padre eterno por la conversión de los cristianos que olvidan los beneficios de nuestro Señor Jesucristo y desprecian sus Sacramentos.

 

ORACIÓN

Dulcísimo Corazón de Jesús, por el dolor que sentiste al oír la sentencia de muerte que durante tu vida habías meditado y cuya representación te hacía derramar lágrimas y sudar sangre, y ver al mismo tiempo la fría indiferencia de loso hombres, te pido olvides ya nuestra ingratitud y ofrezcas al Padre Celestial tu dolorido Corazón para que encienda la fe de los cristianos, Amén.

Padrenuestro

 

OCTAVA LÁMPARA

Meditar lo que sintió el Corazón de Jesús cuando le pusieron el enorme peso de la Cruz sobre sus hombros y caminaba hacia el Calvario, ofreciendo al Padre Eterno estos sufrimientos por los sacerdotes que no cumplen con fidelidad los deberes de su ministerio sacerdotal.

 

ORACIÓN

Dolorido Corazón de Jesús, por lo que sentiste cuando te pusieron el enorme peso de la cruz sobre tus hombros y pasabas por las calles de Jerusalén para el Calvario, te suplico mires con misericordia a los Sacerdotes que se hayan extraviado; dales un vivo arrepentimiento para que vuelvan a tu divina gracia, y a todos dales el verdadero celo por tu gloria y por la salvación de las almas. Amén.

Padrenuestro

 

NOVENA LÁMPARA

Meditar lo que sintió el Corazón de Jesús cuando lo clavaron en la cruz y lo elevaron en alto, ofreciendo al Padre estos sufrimientos por las religiosas que no cumplen con fidelidad sus votos.

 

ORACIÓN

Amorosísimo Corazón de Jesús, por el dolor que sentiste cuando te clavaron en la cruz, te suplico perdones a las religiosas que no cumplen con fidelidad sus votos. Acuérdate de los sufrimientos con que las redimiste y ofrécelos a tu eterno Padre para que las perdone. Amén.

Padrenuestro

 

DÉCIMA LÁMPARA

Meditar el desamparo de Jesús en la cruz y su muerte después de haber dicho: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, ofreciendo el dolor del Corazón de Jesús por los justos perseguidos con el fin de que Dios los fortalezca para sufrir sus trabajos.

 

ORACIÓN

Compasivo Corazón de Jesús, por el dolor que sentiste al expirar en la cruz diciendo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, te suplico encierres en tu santísimo Corazón a los justos perseguidos, para los consueles y ampares en sus tribulaciones, con el fin de que no desfallezcan y por tu gracia permanezcan firmes hasta cantar tus misericordias en la eterna Gloria. Amén.

Padrenuestro

 

CONCLUSIÓN

Meditemos, pues, con frecuencia los Dolores del Sacratísimo Corazón de Jesús; llenémonos de compasión al meditarlos, y resolvamos desagraviarlos con toda la ternura de nuestras almas, y con la práctica de obras que sabremos le agraden. Gran consuelo será para nosotros en la hora de la muerte, el recuerdo de haberos

compadecido durante la vida de los Dolores del Sagrado Corazón de Jesús, de haber tratado de consolarlo, y haber hecho algo para reparar las injurias y ofensas que recibe. Ardan nuestros corazones en el fuego del Divino Corazón de Jesús, ¡Él nos ama, amémosle! Si, ¡o amar, o morir! ¡morir a todo, y amar a Jesús! ¡Amo a Jesús! ¡Viva! ... ¡Viva!...

 

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